¿Cómo puedo conseguir mis objetivos? Ésta es una de las preguntas que oigo constantemente. ¿Cómo puedo hacerlo?
Seguramente, es uno de los temas sobre los que más se ha escrito. Sólo tienes que pasarte por cualquier librería. Échale un ojo a la sección de desarrollo personal. Vas a encontrar unos cuantos libros. Algunos buenos.
Cuando me hacen esta pregunta siempre contesto lo mismo. Siempre contesto con una historia.
La reunión
La situación es ésta. Estás en la reunión anual de directivos de tu compañía. Cuando trabajas en una multinacional, sueles tener este tipo de reuniones. No fallan. Tienen un poquito de todo. Un poco de esto. Un poco de aquello.
Por las mañanas, presentaciones. Se intentan contar cosas interesantes. Poner a todos en la misma página. Números, pasado, números, futuro, números,… Si tienes suerte, un poco de diversión por la tarde.
El presidente
En una de las mañanas en las que se intentan contar cosas interesantes, llega el turno del presidente. Los presidentes se reservan los temas importantes.
Es una de las leyes de la comunicación interna en las empresas. Si hay algo importante que contar, que lo haga el presidente. Es la mejor manera de que todos entiendan la dimensión del mensaje. Si lo hace el presidente, hay que prestar atención.
El presidente llega y cuenta. Cuenta que el año ha sido… Que la compañía ha hecho un esfuerzo importante en… Que el futuro es…
El presidente cuenta todo esto y luego dice que el grupo ha hecho una apuesta estratégica. Han creado un producto increíble. Un gran producto.
¿El año próximo? El año próximo hay que centrarse ahí. En vender ese producto.
Los objetivos
El producto tiene muy buena pinta. Hay que poner foco. Hay que venderlo. ¿Cuánto hay que vender? ¿Cuánto hay que esforzarse?
Mucho. Ésa es la idea. Es lo que transmite el presidente. No vamos a ponernos números que nos limiten. Vamos a eliminar cualquier restricción. Hay que ir a por todas. El producto lo merece.
¿Cuánto es mucho? Mucho es mucho. Mucho es todo lo que puedas. Ésa es la estrategia.
El año siguiente
Pasa un año y se repite la misma reunión de directivos. La parafernalia es la misma. Mañanas, tardes, bla, bla,bla,…
Llegan las presentaciones y llega el turno del presidente. Él siempre da el mensaje importante.
Vuelve a hablar de la gran apuesta estratégica del grupo. El tono es distinto. Ha pasado un año. Los resultados no han sido los mejores. ¿Por qué? Porque no se ha vendido mucho. Se ha vendido, pero no se ha vendido mucho. Mucho era el objetivo.
Este año no ha podido ser. Va a ser el siguiente. Tiene que serlo. Tenemos experiencia y estamos concienciados. Este año vamos a conseguir los objetivos.
¿Cuáles son? La estrategia no ha cambiado. Seguimos sin limitaciones. Queremos vender mucho. Fuera las restricciones.
El fin de la historia
Le puedes añadir a la historia tantos años como quieras, pero la situación no será diferente. Siempre habrá un sentimiento de frustración. Siempre quedarás por debajo de las expectativas. ¿La razón? No conoces las expectativas.
Mucho es mucho, pero no es nada. No se puede ver, no se puede contar, no se puede seguir. No se puede exigir.
Ésta es una historia real. Una historia que se repite en demasiadas ocasiones en demasiadas compañías.
¿Cómo conseguir objetivos? La regla, la primera regla, es concretándolos. ¿Estúpido? Seguramente, pero es así. No parece complicado, pero hay que hacerlo.
Para conseguir objetivos, hay que concretarlos. Es la forma de hacerlos visibles a todos. Si no los ves no existen.
Luego, hay que escribirlos en letra mayúscula y colocarlos delante de tus narices. Así, cuando te despistes, siempre tendrás un cartel que te recuerde qué es lo que tienes que hacer.
Salvador Figueros