La Paradoja Legal

contrato la ley

La ley es la ley. Es la herramienta que se utiliza para poner orden. Para tener puntos de referencia. Para organizar las cosas.

La idea es buena. Llegas a un acuerdo con alguien. Hay buena intención, pero puede haber distintas interpretaciones. Si quieres evitar conflictos redactas un contrato. Todo dentro de la ley.

Ése es más o menos el funcionamiento. Definir un marco de actuación que ilumine la situación. Si hay claridad, no hay problemas.

El contrato

Es el momento del contrato. Un documento muy serio que está lleno de definiciones que explican las cosas que explica el contrato.

La idea es dar claridad. Ése es el objetivo: un marco claro para la relación.

Cuando lees el contrato, las cosas van cambiando. Todos los contratos son parecidos. Un montón de páginas llenas de palabras raras.

Estéticamente funciona, tiene su punto gracioso. Estéticamente funciona, pero no se entiende bien.

La interpretación

Lo lees un par de veces y no avanzas. Lo intentas de nuevo sin demasiado éxito. Estás en el mismo sitio que al principio.

¿Entonces? Entonces se lo pasas a tu departamento legal o cualquier otro que pueda ver lo que tú no eres capaz de ver.

El circuito suele ser ése. Puede haber alguna que otra diferencia, pero más o menos ésos son los pasos.

La paradoja

Es normal que las relaciones entre compañías necesiten claridad. También, es normal que utilices herramientas para aportar cuanta más claridad mejor. Pero no es normal apagar un incendio con gasolina.

Así funciona la paradoja legal. A veces, más leña al fuego.

Intenta que tus relaciones comerciales sean claras. De eso depende tu negocio. De relaciones abiertas y transparentes. De relaciones sin letra pequeña.

Claridad es claridad. Con contrato o sin contrato.

Salvador Figueros

Foto: kylemac / flickr

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