Personalizar o no personalizar

La tecnología es tramposa. Te da muchas posibilidades. Tienes la tentación de aprovecharlas todas. De ir hasta el extremo y ponerlas al servicio de tus clientes.

Matha Rogers y Don Peppers lo hicieron. Definieron un concepto interesante. One to One Marketing (Marketing Uno a Uno). Ésa era la idea. Un marketing de productor a cliente. A cliente individual. Con necesidades individuales y con gustos individuales.

Un marketing que reconoce la especificidad de cada cliente y le da las herramientas tecnológicas para personalizar el producto.

Personalizar o no personalizar

No puede haber demasiado debate. Somos diferentes y nos gustan cosas diferentes. A partir de ahí, todo lo que se acerca a tus gustos te interesa más. Te atrae más.

Si existe la tecnología, ¿por qué no hacerlo? No hay barreras. Sólo tienes que dar la posibilidad a tus clientes. Reconoces sus diferencias y les das las herramientas para expresarlas de la mejor manera. Al final todo encaja.

No es tan fácil

Lamentablemente, las cosas son algo más complicadas. Todo tiene su precio. ¿Qué precio? Hay muchos. En este caso, es el precio de la complejidad.

La tecnología es una herramienta fantástica que genera opciones. Cuantas más opciones más personalización. El tema tiene sentido. También, cuántas más opciones más dificultades para elegir. Más tiempo para la elección. Más esfuerzo.

¿Personalizar? Sí. ¿Personalizar hasta el extremo? No, si el precio de la complejidad es demasiado alto.

¿Dónde está el límite?

El límite lo pones tú. Lo ponen los clientes. El límite es una fórmula sencilla.

Nivel de personalización = satisfacción – esfuerzo

El nivel de personalización es igual a la satisfacción conseguida menos el esfuerzo realizado. Cuando el esfuerzo supera a la satisfacción, en ese mismo momento, has identificado el límite. A partir de ahí, la personalización deja de tener sentido.

El límite es algo muy personal. Seguro que tu límite no coincide con el límite de otro. Depende de las personas. Depende de nuestra tolerancia al esfuerzo. También depende de lo que estés personalizando.

Los productos de éxito conocen esta regla y la aplican. No personalizan hasta el infinito. No te llenan la cabeza de posibilidades complicadas.

Los productos de éxito utilizan la tecnología para ofrecerte las opciones justas. ¿Cuáles? Las justas. Las que te permiten disfrutar de tu personalización sin morir en el intento.

Salvador Figueros

3 comentarios en “Personalizar o no personalizar

  1. Evidentemente a cuanta más personalización, más alto precio paga el cliente. Por eso sigue siendo rentable y valiendo la pena para muchas empresas posicionadas en el sector de marcas y productos premium.
    Como siempre, haciéndonos reflexionar.

    Gracias Salvador!

    Laura

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